València-Barcelona, 17 de enero 2017
Salimos con lluvia de la universidad y, casi atrasados, tomamos un taxi para la Estación de Autobuses de Valencia. En la salida de la ciudad en dirección a Barcelona, sol y lluvia dieron un colorido verde oscuro a la Huerta Valenciana, un importante cinturón de producción agrícola que circunda la ciudad y fue el paisaje de la ventana del autobús por unos cuantos minutos. Entonces vino el cansancio, las siestas breves intercaladas con ideas aleatorias disparadas por el paisaje – como las de la antigüedad de la dominación humana de esa región mediterránea, que hoy parece tan bien organizada y controlada como los edificios del Ciudad de Las Artes y las Ciencias. Ya era inicio de la noche cuando, después de cuatro horas de autobús, llegamos a la Estació del Nord, cerca del Arco del Triunfo de Barcelona.
Barcelona, 18 de enero 2017
Despertarmos temprano para ir al evento «Polititzacions del Malestar» en el Arts Centre Santa Mónica, en La Rambla, región central de Barcelona. Nos quedamos todo el día allí, anotamos varias cosas, en especial a partir del discurso de Amador Fernández-Savater, escritor y activista español, en la mesa de apertura, por la mañana. Sigue un relato bruto de anotaciones:
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Desconfiguración de la izquierda. Sustituir los conflictos políticos por las guerras culturales. Es necesario traer la economía al debate, enfocarse también en la viabilidad económica de las propuestas de enfrentamiento al status quo («alternativas al capitalismo»). Las guerras culturales (inmigración, LGBT, cuotas, etc.) son importantes, pero también pueden servir de distracción para revueltas terribles en la economía. Organizar las estructuras cognitivas de las discusiones, recolocando la economía y la lucha de clases en el centro. Recoloque el foco en los «reales» problemas.
Los populistas construyen sentido, no un sentido verdadero, sino un sentido eficaz en lo que se propone hacer, que es convencer a las personas – así la «post-verdad». Necesitamos disputar esta guerra de narrativas, crear sentidos diferentes en esa pelea mediática. El populismo de derecha y de izquierda se diferencia en la construcción del enemigo, elites (Izquierda), mexicanos (Trump y la derecha de EEUU, por ejemplo), pero por lo demás son parecidos. No basta con sustituir al enemigo, encontrar culpables, continuar en el victimismo. El malestar puede ser elaborado como fuerza afirmativa de transformación y de construcción de posibilidades y modos de vivir. La derecha es concreta, hace cosas, la izquierda muchas veces sólo se imagina y no actúa en el concreto. La izquierda muchas veces no sabe lo que proponer, sólo atiende el activismo. Es necesario rescatar / reconstruir el sentido, hacer lo que hace Trump al revés. La derecha tiene estructuras de amparo, no actúa sólo en el discurso. Entonces la izquierda necesita construir y reforzar esas estructuras también.
Necesitamos un cambio de energía, asumir el malestar como una fuente de energía de transformación. Proceso alquímico de transformación de lágrimas en fuerza de movilización. La inmovilidad hace buscar culpables. No dejar el llanto y el sufrimiento en casa, sino traerlos, junto con el malestar, para el debate (hay que venir llorado de casa!) Y hablar de él. Aunque no se sabe dónde va a dar esta discusión: en el camino pueden ocurrir cambios que nos quitan del inmovilismo de la crítica por la crítica. Aprender a vivir a partir y con la crisis es un primer paso para salir de ella. Preguntar qué es la crisis y qué es normal. Utilizar la crisis (como?) Para abrir una bifurcación. Deriva civilizatoria.
No negar lo subjetivo y los afectos en la política, sino unir estos afectos, detallarlos y trabajar con ellos. Compartir vulnerabilidades nos ayuda a fortalecernos. Forzar al mundo para ver cuánto las utopías se adaptan y encajan en él. Política no como una intervención, sino como una negociación entre el local y el poder, entre interior y exterior, entre afectos y prácticas. El subjetivo tiene más importancia de lo que pensamos: las micropolíticas del día a día.
En una de las mesas participaron los integrantes del colectivo catalán Espai In Blanc. Hablaron de, entre otras cuestiones, de «Cincuenta presentimientos», libro con los presentimientos, intervenciones provocadoras en las calles. Nos gustó mucho su trabajo; los abordamos al final de la mesa preguntando de la posibilidad de entrevistarlos. Nos dijeron que nunca dieron entrevistas, son reacios a cualquier tipo de medios y nadie está autorizado a hablar por el grupo. Pero sugirieron una forma de conversar con nosotros: en el lanzamiento del «Cincuenta Presentimientos» en la librería cooperativa Caníbal, en Graciè, al día siguiente. Allí estarán varios integrantes del grupo y así la entrevista puede ser el propio grupo hablando del libro y de su trabajo, no como una «entrevista». Nos gusta la idea.
Barcelona, 20 de enero de 2017
Días de descanso, lluvia, ropa lavada, comidas calientes, pies helados, kebabs y falafels. Leites vegetales a un euro, vinos de calidad a dos. Con queso de cabra, ambos van bien. No fuimos en el lanzamiento de Espai In Blanc.
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El Pressentiment es el arma con la que Espai en Blanc quiere intervenir en el actual combate del pensamiento.
_ En este combate se decide quién y cómo construye la realidad.
_ Hoy la realidad se descompone y se hace imprevisible pero a la vez se rehace sobre y contra nosotros.
_ Nadie sabe qué pasará. Los discursos políticos son intercambiables. Sólo los presentimientos tienen fuerza y permiten tomar una posición.
_ Buscamos presentimientos valientes, insospechados, veraces… liberadores.
_ El Pressentiment también eres tú: descárgalo, imprímelo, distribúyelo, pásalo.