El cuarto lugar de parada de España fue el País Vasco, más precisamente Bilbao, la mayor ciudad de la región, 349 mil habitantes (en la región alrededor de 910 mil). Como en Cataluña (e incluso con más peso histórico), el País Vasco es un estado con autonomía relativa en relación a España, un idioma (el milenario – nació antes del latín – y curioso euskera) y un movimiento separatista, otrora con un ETA (en portugués, la patria vasca y la libertad) muy fuerte y hoy meno. La Cataluña, en este aspecto, parece que está avanzada en términos de separación, aunque en torno a mucha polémica como habla un poco esta materia.
Es una ciudad con tradición industrial (obrera, como se dice en castellano), y como en lugares con esa tradición, fue sede de muchos movimientos influenciados por las ideas anarquistas y socialistas. Con la construcción del Museo Guggenheim, a finales de la década de 1990 (inaugurado en 1997), la ciudad se convirtió en «modelo de revitalización artística», y desde entonces tiene su ría muy visitada por turistas de diversos rincones del mundo. Además de esa «revitalización» (que algunos llamarían de gentrificación), los gobiernos vascos tienen una cierta tradición en invertir en cultura y proyectos colaborativos, lo que potencializa iniciativas en esta área.
Algunos de los proyectos / colectivos / espacios que pre-mapeamos y no entrevistamos esta vez fueron Zaramari, espacio de investigación de ciudad, innovación y creatividad; Consommni, productora de arte contemporáneo; Histeria Kolektiboa, un colectivo feminista de comunicación, cultura y transformación social; Espacio Open, ubicado en una antigua fábrica de Galletas, que realiza proyectos relacionados con la cultura maker y sedia, todos los últimos domingos del mes, la Open Your Ganbara, una gran feria de productos artesanales y de segunda mano (que pudimos visitar y nos pareció a algunas ferias realizadas en las calles de Porto Alegre, como Me Gusta).
En Bilbao, conversamos con Ricardo, uno de los integrantes del colectivo Colaborabora y figura actuante en la escena «procomún» de España. Lo encontramos en Wikitoki, una especie de coworking en un edificio público alquilado (a bajo precio) a diversas personas / colectivos de Bilbao y región, donde todas las decisiones ocurren en asamblea y las diferentes funciones ejercidas para la administración del espacio divididas en GTs.
Colaborabora es como una «isla de colaboración» creada a partir de la revista Amastê en 2001, para «diseñar y facilitar entornos y procesos de innovación y colaboración centrada en personas». Se organizan en una cooperativa, en este caso de iniciativa social – y para hablar de la explosión de cooperativas que existe hoy en España, de luz eléctrica a internet, de artistas a desarrolladores de software, que ha hecho casi el 100% posible para un español vivir en la vida economía solidaria, fuera del «sistema» capitalista-neoliberal, esta matéria de Alternativas Económicas es un camino.
Es una empresa privada de vocación pública, que basa sus trabajos en lo que ellos llaman «tecnologías blandas«. «Las tecnologías blandas son aquellas que de manera específica, pretenden cuestionar y mejorar las formas sociales de relacionarnos, el funcionamiento de los sistemas con que Nos organizamos». Un concepto que, como se ve, puede ser relacionado con el de metodologías, y fue un poco sobre cómo construir y mantener metodologías prácticas de trabajo con el procomún el rumbo tomado por nuestra conversación con Ricardo.
También dimos una breve paseada por Donostia (también llamada San Sebastián), ciudad cerca de 1h30 de Bilbao famosa por las bellas playas y por un conocido festival de cine internacional. Pero mirando de cerca, con otra perspectiva, siempre se halla algo más que aquello por lo que una ciudad es famosa. Fue nuestro caso en dos lugares: KaXilda, una librería conocida por los libros «subversivos» – zines, contracultura, feminismo, ecología, activismo creativo … – e incluso con una bandera de apoyo a los refugiados en euskera. Y Guardetxea, espacio autónomo que ya fue sede de un conocido festival de activismo creativo organizado por En Medio, Cómo Acabar com El Mal, y hoy está en proceso de reorganización, con clases de teatro y danza para niños como la que ocurría cuando llegamos.