Drops políticos desde Barcelona

Estamos en Barcelona hace una semana, entrevistando a algunos colectivos y visitando muchos espacios. En los próximos puestos hablaremos un poco más, porque el tema del post de hoy es otro.

_El tema de la vez, al menos en las portadas de los periódicos y de algunas discusiones en las calles, es el PEUAT, plan de regulación de turismo propuesto por Ada Colau y el Barcelona en Comú. La idea es regular el crecimiento de hoteles en áreas que están saturadas de turistas, como en la región alrededor de La Rambla, Raval, Sagrada Familia, Ciutat Vella, Barceloneta. En algunas regiones no se podrán construir nuevos espacios para albergar turistas ni siquiera cuando cierren otros; En otras, más alejadas del centro, será permitido, como explica esta matéria del El Periódico.

_Si para algunos lugares el turismo es sinónimo de cultura, $$ y «desarrollo», en Barcelona también es de gentrificación: el 15% del espacio de la ciudad tiene más del 50% de las plazas de alojamiento, lo que hace que en algunos barrios haya más turistas que residentes. Estos sufren el efecto de la gentrificación y no consiguen alquilar ni comprar nada, teniendo que ir a vivir en otras regiones más distantes (o otras ciudades). En las regiones más centrales reinan los grandes hoteles, pero también los apartamentos alquilados por AirBnB, uno de los grandes factores responsables por el alza del turismo y la gentrificación de esa región, como detalla esta materia de portada de la revista Alternativas Económicas.

_ Joan Subirats, Catedrático de Ciencia Política da Universitat Autònoma de Barcelona, dijo que en el mesmo El Diagonal: «Es obvio que algunos saldrán beneficiados y otros perjudicados por la nueva regulación. Como de hecho, ya existían ganadores y perdedores por la ausencia de la misma. Muchos perdedores y pocos ganadores. El éxito turístico de Barcelona no era ni es neutral desde el punto de vista social. Eso es hacer política. Decidir quién gana y quién pierde en cada dilema, en cada cruce de problemas. Deberíamos alegrarnos de que una mayoría de nuestros representantes haya decidido actuar y no limitarse a observar cómo fluye el mercado y arrastra a personas y barrios enteros.»

_ Esta materia, también de El Periódico, oye a los turistas: algunos se muestran sorprendidos con el plan, otros concuerdan, muchos discrepan. «La caída de la noche y Alexandra, 24 años, rusa, de San Petersburgo, va con su madre cuando prácticamente alucina ante la pregunta de por qué cree que hay en Barcelona mucha gente que abomina del turismo. Algo molesta, replica:» Traemos Y con ese dinero podéis mejorarla. «Y aún con aspecto de no comprender cómo puede pensarlo, sigue su camino.

Otros: Almudena, turista madrileña, se centra en los precios: «Con lo que cuesta un hotel en Barcelona, como extrañarse de que proliferen los pisos turísticos». También juzga incomprensible que los museos no sean gratis por franjas horarias entre semana. Se declara víctima de todo ello: «Tengo cuatro días más, pero el encuentro un hotel más barato lo tendré que ir». El egipcio Sami, de 34 años, que subraya como la inseguridad ha frenado las visitas a su país, entiende a las de las partes: «A nadie le gustan los turistas borrachos que hacen ruido por la calle. Pero el turismo es necesario para la economía «.

 

Sagrada Familia, uno de los puntos turísticos más visitados de la ciudad.

Casa Batlló, diseñada por Gaudí, otro punto turístico conocido en la ciudad

 

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